Mi nombre es Mariana y te contaré mi historia. Soy una mujer de 28 años de edad, estudiante de la licenciatura en contaduría actualmente y trabajo de auxiliar contable en una empresa. Mi nivel socio económico siempre ha sido medio bajo. Tuve dos hijos con mi ex, del cual les platicaré. Ahora puedo hablar. Él trabajaba de albañil, estudió solo la primaria y era de mi mismo nivel económico. Tenía 23 años cuando vivimos juntos, yo apenas unos 14. Siempre vivimos en unión libre.
Mi ex-pareja era mi vecino, vivíamos a unas cuantas casas uno del otro, nos llevábamos muy bien al principio, después de unos meses salí embarazada, ninguno de los quería juntarse.
Me quedé a vivir con mi mamá, después de un año, volví a salir embarazada, fue entonces cuando me fuí a vivir con él, no solo por el segundo hijo que esperaba, si no porque en casa vivía un tío muy grosero que nos maltrataba mucho, estaba cansada de esa vida, además de que sentía que era una carga para mi mamá, no era justo para ella. Así que tomé la decisión y mi pareja aceptó.
Cuando nos juntamos, él empezó a salir solo, le gustaban mucho los toros, iba mucho, sobre todo los domingos. A mi me parecía todo normal, si le gustaba, no tenía porque decirle nada; yo me dedicaba a mis niños.
Después de un tiempo, empezó a trabajar de noche, no iba a dormir a la casa, ni los fines de semana, eso no me agradaba, pero lo entendía, pues era el trabajo, él decía que era extra, porque también trabajaba de día, casi nunca estaba con nosotros. En algunas semanas, me dí cuenta que no iba a trabajar de noche, lo que hacía era quedarse con otra mujer, vivía con ella. Me dolió mucho, lloré, pero mis hijos estaban primero en ese momento. Pocos días, motivada por hacer algo para mi, decidí entrar a estudiar la preparatoria abierta, mi mamá me apoyó para pagarla; lo tuve que hacer a escondidas de él, porque nunca quiso que estudiara.
Un mes después de que empecé a estudiar, me ofrecieron un trabajo en una agencia de viajes, de capturista, mi trabajo era de 9 a 2 y entraba a la escuela a las 3 pm. No tardó mucho en darse cuenta de que estaba estudiando, de alguna manera lo supo. Un día fue a esperarme a la salida de la escuela, me tomó de sorpresa. No dijo nada, solo me miró muy feo y nos fuimos a la casa, ahí, en ese momento al llegar, fue cuando sucedió la primera vez, me golpeo mucho, en lugares no visibles como la espalda y brazos; me aventó en contra de la cama, se me subió e intentó ahorcarme, no sé cómo, pero pude quitármelo y correr a la calle.
La violencia en forma de insultos y golpes, empezó a ser cotidiana, ya no necesitaba una razón como tal, me gritaba y golpeaba por lo que sea, porque planchaba mal, porque no le gustaba la comida, etc.; muchas veces enfrente de los niños, nunca le importó eso. Yo me quería salir, ya no quería estar con él, pero me amenazaba con suicidarse, que si lo dejaba se mataría, yo le dije que hiciera lo que quisiera, que lo dejaría, pero al siguiente día, puso una soga colgada para ahorcarse, me dijo que lo iba a hacer, yo no pude, no quería cargar con la muerte del papá de mis hijos. Me quedé.
Un día llegando de la escuela empezamos a discutir porque él ya no quería que fuera, no quería que me superara, me decía que la mujer no puede tener más nivel que el hombre en nada, me amenazó con clavarse un desarmador en el estómago, forcejeamos, yo intentaba quitárselo, esa vez, me hizo una lesión en el estómago, no fue profunda, pero fue un momento muy agresivo, sentí mucho miedo.
Una vez decidí seguirlo para que me viera y supiera que ya lo había descubierto de su infidelidad, a ver si con eso lograba que lo aceptara, porque siempre me decía loca, que no era cierto y miraba cosas de más. Lo descubrí con ella, en su casa, aún así, me dijo loca, que solo era una amiga, que imaginaba todo; la realidad es que tenía un hijo con ella, era su otra familia. Lloré nuevamente, yo no sentía ya nada por él, pero tenía miedo de muchas cosas, por eso no terminaba de tomar la decisión de alejarme.
Seguí estudiando, aún con sus insultos y amenazas, terminé mi prepa abierta. Un día después de recibir mi certificado, decidí salirme de la casa con mis niños, sin nada más, no me llevé nada. 2 años pasaron, mucha violencia de todo tipo, por fin me había ido.
Me fui a vivir con mi mamá, ella me aceptó y apoyó en mi decisión, aunque nunca supo de nuestros problemas, nunca quise decirle porque estaba mala del corazón y tenía miedo que le diera algo. Tampoco hablé con nadie más de esto porque tenía miedo a que me criticaran, no tuve la confianza con nadie para contarle mi historia.
Entré a trabajar de guardia de seguridad en un centro comercial. Mi ex me siguió llamando, quería que regresáramos, tuve que cambiar mi número de celular.
Actualmente estudio una carrera y tengo un buen trabajo, me valoran y vivo feliz, conocí a alguien que me apoya en todo, en casa, en el estudio, con mis hijos, aún cuando no son de él. Me casé con él por el civil. Es un hombre comprensivo y me demuestra su amor cada día.