Hola, soy Silvia, tengo 23 años y estudio psicología, trabajo de mesera y mi situación económica no es la mejor. Les platicaré sobre mi relación de novios que tuve con un muchacho de 20 años de edad. Él solo estudió la secundaria y no tenía trabajo cuando fuimos novios, su nivel económico era bajo.
No considero que mi infancia haya sido fea, es verdad que peleaba con mi hermano mucho, mi mama me regañaba mucho y mi papá me pegaba fuerte en ocasiones, pero en general, estoy agradecida con lo que tuve y fui de niña.
A mis 15 años tuve un novio, pero realmente duró unas semanas, nada importante pasó en esa relación.
Mi primera relación formal fue a mis 18 años, él tenía 20. Es un recuerdo que no me gusta, fue un noviazgo de problemas y muchas peleas, todo el tiempo discutíamos, él me fue infiel con cada mujer que conocía, yo siempre lo perdonaba, no sé porque lo hice, en realidad tenía miedo a estar sola, no sé porque, solo tenía miedo, era muy tonta en ese tiempo.
Todo empezó un día que le reclamé por la forma en cómo miraba una chica al pasar, no se me hizo normal, él se molestó mucho y discutimos, ese día terminamos, al siguiente día...regresamos, fue la primera de muchas.
A los pocos días de regresar, me enteré por una amiga, que él andaba con alguien más, también era su novio oficial, iba a su casa y todo. Ese mismo día, cuando vino a la casa, yo le aventé todas las cosas que me había regalado, le dije que se largara y que lo sabía todo, él me pidió perdón, de esta manera confirmé que era cierto lo que me dijo mi amiga, me metí llorando a la casa. Esa vez duramos una semana, pero terminé perdonándolo y regresamos.
Muchas veces me obligó a tener relaciones, sin tener ganas y sin ánimo, pero lo hacía porque tenía miedo de que me dejara, se molestaba mucho cuando no accedía a estar con él. Era difícil para mí, porque sabía que estaba con otras, me prometía que terminaba con ellas, pero no era verdad, cuando tenía oportunidad, regresaba a verlas.
Nunca salía conmigo, solo me miraba para tener relaciones, me sentía una mujer vacía, lloraba todas las noches, siempre que él no estaba conmigo yo sabía que estaba con alguna otra, y eso era un infierno para mi. Muchas veces quedaba de ir a verme, pero nunca llegaba, esa espera para mí, era un dolor insoportable.
En ese tiempo, yo justificaba sus actos, todo lo que hacía intentaba buscarle una explicación en dónde no fuera culpable, en donde de alguna manera no había un problema, pero en el fondo, sabía que no era así. Pensaba que él cambiaría, que pronto pensaría mejor las cosas y estaría conmigo nada más.
Un día, después de haber llorado mucho, porque me dijo que iría la casa, y nunca llegó, decidí ir a buscarlo, donde me habían dicho que lo miraban con otras chicas, y ahí estaba, acompañado de una mujer...no se de donde saqué fuerzas, pero le dije, o ella, o yo; él me dijo, pues ella, la tomó del brazo y se fueron, me dejó ahí llorando.
Nunca más lo busqué, fue un momento que ahora agradezco que haya sucedido, me arrepiento mucho de no haberlo hecho antes, de no tomar la decisión por mi misma; pero ahora no importa, ahora soy libre y estoy muy bien.